¿Pensar mata? Alta actividad neural relacionada a una muerte temprana
Salud
Por: Pedro Luizao - 05/04/2023
Por: Pedro Luizao - 05/04/2023
Desde hace mucho se ha asociado al estrés con diversas enfermedades, pero hasta ahora no se había vinculado una alta actividad neural con efectos negativos en la expectativa de vida.
Un estudio publicado recientemente en la revista Nature sugiere que pensar mucho, o una cierta forma de pensamiento excitado, está relacionado con una muerte temprana. Aunque no se concluyó exactamente la forma de pensamiento asociada con estos efectos negativos, sí se demostró que el constante flujo eléctrico a lo largo del cerebro está correlacionado con ello.
Es posible que la llamada rumiación tenga algo que ver. Sin embargo, falta precisar y desglosar de manera más exhaustiva lo que implica la "alta actividad neural."
Los investigadores del estudio, liderados por Bruce Yanker, notaron que en primera instancia podría resultar poco intuitivo pensar que mucha actividad cerebral es malo para el organismo, pero después de varias pruebas, tienen confianza en sus resultados. Se ha comprobado que la alta actividad neuronal puede generar estrés oxidativo y neuroinflamación, lo cual puede acelerar el proceso de envejecimiento y aumentar la vulnerabilidad a trastornos cerebrales.
Específicamente, se hallí la presencia de una proteína que ha sido llamada REST (Represor Elemento-1 Silenciador Transcripcional), la cual puede usarse como marcador para indicar mayor longevidad. Esta proteína se encarga de suprimir la expresión de ciertos genes en las neuronas, contribuyendo a mantener un equilibrio adecuado en la actividad neuronal.
Los análisis muestran que proteína REST esta asociada a menor excitación cerebral. La presencia de REST fue medida en los cerebros de personas fallecidas entre los 60 y 100 años, y luego en los cerebros de ratones. Se determinó que, a mayor presencia de esta proteína, más calmados eran los sistemas nerviosos de los roedores y presentaban mayor tendencia hacia la longevidad.
Los resultados de esta investigación podrían desembocar en la creación de sustancias farmacológicas capaces de alargar la vida humana. Por otro lado, la evidencia refuerza la importancia de prácticas que, como la meditación y otras afines, permiten reducir la actividad neural y relajar la mente.