¿Qué es la rumiación y cómo romper el bucle de los pensamientos obsesivos?
Salud
Por: Pedro Luizao - 02/13/2023
Por: Pedro Luizao - 02/13/2023
Las causas del sufrimiento pueden ser eventos reales y localizables. La muerte de un ser querido, el fracaso profesional, una ruptura amorosa, una enfermedad, etc., son cosas que producen dolor, estrés y depresión. En la psicología, estos eventos suelen comprenderse bajo el concepto de trauma.
Sin embargo, desde otra perspectiva, los sucesos de ese tipo no son en realidad las principales causas del sufrimiento de las personas, al menos no del sufrimiento crónico. La principal causa del sufrimiento es el pensamiento negativo recurrente o lo que se conoce también como "rumiación". La rumiación es aquello que hace que una cosa negativa persista en la mente, es la fijación obsesiva en un suceso, idea, creencia o deseo que generalmente proyecta hacia el futuro o hacia el pasado.
Según la Dr. Tracy Marks, la rumiación es un síntoma común en la mayoría de las enfermedades mentales y puede acompañar o ser causa de procesos sumamente destructivos. Puedes saber que padeces rumiación si tienes pensamientos excesivos o abrumadores que no puedes detener y que afectan tus actividades cotidianas.
La característica esencial de la rumiación es que cualquier problema que se tiene se incrementa o dura más, justamente por la acción de la rumiación que reproduce la cuestión indefinida e irresolutamente.
Una vez identificado el problema se pueden hacer ciertas cosas para intentar desactivar estos procesos. Algo que se recomienda para intervenir cuando el ciclo está corriendo y no se tiene mucha voluntad, es desviar la atención hacia algo que nos entretenga fácilmente.
Con todo, no se recomienda usar entretenimiento que puede detonar de nuevo estos ciclos, ya sea por el contenido o por el hecho de hacernos entrar en un ciclo adictivo de estímulos, como ocurre con el el llamado "binge watching" o "maratoneo" de series o películas en plataformas de streaming, así como el scrolling en redes como Instagram o TikTok (las cuales, por sus características, son especialmente nocivas para la salud mental).
Por lo tanto, se debe saber elegir bien el tipo de entretenimiento al que uno se entrega y evitar las pantallas lo más posible o al menos consumir contenido audiovisual de una manera consciente. Se pueden emplear juegos tradicionales, ejercicio físico o lecturas ligeras, en lugar de usar el entretenimiento que nos ofrecen las plataformas digitales mainstream.
Los expertos recomiendan evitar las cosas que desencadenan estados obsesivos. Esto puede incluir el consumo de cierto tipo de contenidos que nos recuerdan una situación, actividades que nos pueden conducir a patrones de conductas desagradables (por ejemplo, el consumo desmedido de alcohol), así como frecuentar a personas "tóxicas", etcétera.
Algunos expertos creen que, para no incurrir en la represión de un comportamiento que se experimenta como necesario o urgente (represión que puede llevar a un sufrimiento todavía mayor), puede servir darse un tiempo específico para rumiar o preocuparse, por ejemplo quince o treinta minutos, y después dar la rumiación por concluida para pasar a otra cosa. Esto puede ser una manera estratégica y hasta catártica de enfrentar la situación, obteniendo una sensación de satisfacción.
Otra recomendación es mantenerse en el presente, lo cual sin duda se dice fácil pero no es tan sencillo de lograr. Atender a lo inmediato y no proyectar la mente hacia el futuro o el pasado es a fin de cuentas, si se puede hacer un hábito, la solución a este problema.
Sin embargo, técnicas como la meditación o el mindfulness, que tienen como propósito fomentar la habilidad de estar en el presente, pueden en algunas personas reavivar e intensificar estados de rumiación e incluso despertar sensaciones de angustia.
Por ello, se puede empezar a practicar meditación poco a poco e intentar utilizar, al principio, meditaciones guiadas o simplemente actividades que concentran la mente en lo inmediato (las llamadas manualidades, por ejemplo, como tejer o bordar, o el trabajo con mandalas -dibujarlos, iluminarlos o simplemente observarlos, como los usaba Carl Jung con sus pacientes-).
Igualmente se pueden realizar actividades que son formas dinámicas de meditación como el canto, la recitación de poemas o textos espirituales (como los rezos), la danza y las artes marciales.
Estas actividades y otras afines pueden tener el beneficio múltiple de propiciar la concentración pero también, si se sabe elegir el contenido, proveer inspiración, sentido y un cambio de perspectiva que puede ayudar a crear estados más positivos, tales como la apreciación o el reconocimiento de la belleza, el cultivo del espíritu y el ensanchamiento de los horizontes propios.