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'El lado oscuro de Tulum': documental narra la destrucción de un paraíso turístico por la ambición y el desorden

Ecosistemas

Por: Luis Alberto Hara - 02/21/2022

La ambición desmedida y el desorden han puesto a Tulum al borde del desastre ecológico

La pandemia del coronavirus, entre muchas otras cosas, hizo de México uno de los destinos turísticos preferidos, especialmente entre jóvenes que querían escapar de las restricciones. Hombres y mujeres de Moscú, Nueva York, Berlín, Sao Paulo, etc., atestaron las playas del Caribe mexicano en busca de fiesta, huyendo de las duras restricciones que enfrentaban en sus ciudades natales. Por supuesto, Tulum ya era de uno de los grandes destinos turísticos mundiales, especialmente popular ente DJs, modelos de Instagram, chefs y demás personas que tienen una especial inclinación hacia el placer (y los medios necesarios para hacerlo con derroche). Tulum es reconocido en todo el mundo por sus playas de arena blanca, aguas turquesas, ricos corales y reservas y por congregar a gente del jet set en hoteles de lujo en la selva. La antigua ciudad maya es hoy una ciudad que evoca un paraíso moderno, no sin cierto toque de "regreso a la naturaleza", con un misticismo eco-chic y neochamánico.

Por supuesto estas condiciones, que son tan atractivas para muchos, para otros son señales de alarma. El fenómeno de la destrucción de grandes paraísos naturales no es nuevo. Algunos han alertado desde hace años de que lo que estaba sucediendo en Tulum se parecía mucho a lo que ocurrió en Playa del Carmen, el destino vecino que ha crecido exponencialmente y se ha convertido en un sitio en el que afloran la violencia, las drogas y el ecocidio. Una crónica -de la muerte anticipada del paraíso caribeño- puede encontrarse en el libro Tierras líquidas, de Igor Nieto. Nieto esboza el caso de una "modernidad líquida" afectada de nomadismo, huyendo de las ciudades y del pasado para buscar una vida holística y cósmica o sólo más simple, que se topa con su compañero perfecto y letal: el deseo irrefrenable de expansión del capital en lugares virginales que son también lugares sin vigilancia. Hoteles que se erigen sobre patrimonios de la humanidad, reservas de una diversidad iridiscente que son ofrecidas al mejor postor (o al primero).

Siguiendo en este tenor, el documental The Dark Side of Tulum investiga la situación actual en este destino turístico. El filme fue dirigido por Rachel Appel, estadounidense que encomiablemente intenta revertir la tendencia de este sitio en el que la gente suele llegar para tomar o devorar e irse sin ofrecer nada a cambio, creando una espiral de consumo insostenible.

Tulum existe en medio de una geografía única, pues yace allí el río subterráneo más grande del mundo, gracias al cual en Quintana Roo y Yucatán existen los maravillosos cenotes. Este río subterráneo, que era tan importante en la cosmogonía maya, está siendo fuertemente contaminado por las prácticas antiecológicas y antihigiénicas de los habitantes de Tulum, incluyendo a gran parte de los empresarios hoteleros que no tratan sus desechos y los liberan a la corriente subterránea. El problema del sargazo que afecta a los hoteleros y que es evidente para cualquiera que ha visitado Tulum en los últimos años se debe también a que el río subterráneo está mezclándose con los desechos de los baños de los hoteles y condominios. 

Otro fenómeno notable relacionado es la destrucción del arrecife de coral, uno de los más grandes del mundo. Hay grandes zonas en las que el coral ya ha muerto, lo cual no sólo pone en peligro "la belleza" y la atracción turística del sitio sino la existencia de la biodiversidad de la zona.  

Tulum es una ciudad construida sobre la selva, un terreno que no favorece en primera instancia el lujo que es reclamado por los turistas que viajan allí. Actualmente la ciudad recibe más de 2 millones de turistas al año y cuenta con una población de más de 40 mil habitantes, cuando hace 20 años tenía sólo 4 mil. Pero aunque este desarrollo ha querido mantenerse "high-end" y supuestamente regular el tipo de construcciones que se realizan, la realidad es que no hay ningún plan maestro e impera el desorden y la corrupción. Uno de los efectos de esto es que grandes cantidades de manglar son eliminadas, lo cual es un desastre en ciernes, pues el manglar es el filtro natural del agua. El fervor de crecer a corto plazo y capitalizar el boom acaba, a la larga, siendo la debacle de las mismas empresas. 

En suma, el actual crecimiento de Tulum es insostenible y aunque todavía es posible "salvar" la increíble belleza y riqueza natural de este sitio, la tendencia es sumamente oscura. Aunque quizá no sea muy agradable, la próxima que vayas a Tulum a enfiestarte a algún resort en la playa o a un rave en un cenote, sería bueno recordar que es probable que al estar allí estés contribuyendo a la destrucción de este antiguo paraíso.


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Imagen de portada: YouTube