El mindfulness se ha convertido en los últimos años en una de las herramientas más importantes a las cuales puede recurrir quien busca tener un bienestar integral en la vida. Tomando de diferentes prácticas contemplativas, pero principalmente del budismo theravada y del mahayana (del zen específicamente), Jon Kabat-Zinn (doctor en Biomedicina y director de la Clínica de Reducción de Estrés de la Universidad de Massachusetts) ha creado un modelo que acerca la meditación a la ciencia. Las pruebas clínicas muestran que el mindfulness tiene importantes efectos en la reducción del estrés y puede ayudar en ciertos casos para combatir la depresión. Su efectividad contra el estrés es especialmente importante ya que indudablemente el estrés es uno de los factores principales en la mayoría de las enfermedades, ya sea como causa o sólo como agravante.
El movimiento mindfulness ha sido criticado por algunos maestros de meditación budista por ofrecer una especie de versión rebajada y descontextualizada del budismo, acaso adaptada y ajustada para la sociedad capitalista. En cierto sentido esto es cierto, pues se suele enseñar las técnicas sin la auténtica teoría, el componente de sabiduría y los fundamentos éticos (puro samadhi sin sila y prajña).
Sin embargo, también es importante notar que el budismo no es un sistema de creencias y prácticas estático (es decir, no hay tal cosa como una ortodoxia budista) y, por otra parte, el mindfulness no pretende ser budismo (como sí lo hacen algunos supuestos budismos seculares). Como ha notado el académico John D. Dunne, no hay en el budismo tampoco un sistema ortodoxo o universal de mindfulness; hay diferentes formas de acercarse a la meditación. Aunque siempre que se adaptan técnicas o conceptos tradicionales a un nuevo entorno se corre el riesgo de que se pierda la fuerza original de la tradición; toda tradición que perdura en el tiempo debe afrontar estas cuestiones de alguna u otra manera y revitalizarse siendo capaz de abandonar lo que no es esencial. Y dentro del budismo, entre las ideas que se repiten entre las diversas tradiciones, ciertamente está la de no aferrarse a una doctrina específica sino siempre concebir las enseñanzas de manera práctica, como "medios hábiles" y, por supuesto, la importante noción de que la compasión es parte esencial de la práctica. El hecho es que el mindfulness tiene un potencial importante respecto de la posibilidad de ayudar a las personas, así que resulta lógico que la mayoría de los budistas estén a favor de que se diseminen estas técnicas, si bien hacen énfasis en que éstas idealmente deben complementarse con una concepción más amplia de lo que constituye la realidad, es decir, con una perspectiva del dharma.
Aclarando lo anterior, podemos revisar la esencia del programa que Kabat-Zinn ha creado en torno al mindfulness. En su libro Full Catastrophe Living, el investigador enumera las siete actitudes o cualidades esenciales que son necesarias para cultivar la atención plena o ese estado que ha sido llamado "mindfulness" y que generalmente traduce el sati o smrti de los sutras budistas.
Esta es la imparcialidad que en el budismo a veces es llamada ecuanimidad (upekkha). Se trata de la capacidad de ser consciente de las experiencias cognitivas sin adherirse a ellas con avidez o aversión. Es parte de un proceso de desreificación, de dejar de concebirse como una cosa aislada en un cuerpo separado de un mundo de objetos.
La paciencia es una forma de sabiduría (y un guiño hacia los seis paramitas o perfecciones), en la cual se combinan la capacidad de esperar, de soltar y de observar. Es esencial que cultivemos paciencia para poder avanzar en cualquier cometido en la vida, pero especialmente en la meditación, pues empezamos con una mente llena de aflicciones y la vida moderna va en contrasentido y a una velocidad muy distinta de la que se requiere para meditar.
Un término directamente tomado del zen, que refiere a la apertura y receptividad a la experiencia. Esta es también la actitud esencial de la que hablaron los filósofos griegos, la capacidad de asombrarse, de maravillarse ante la vida. Una mente de principiante nos da la frescura para intentar y deshabituarnos, pues sólo así podremos transformarnos.
Kabat-Zinn afirma que es esencial desarrollar confianza en la propia intuición y en la propia capacidad de cultivar una práctica. En el budismo, esto es equivalente a la fe en la enseñanza y en el maestro.
Uno de los fundamentos que encontramos en las tradiciones del dharma es que la persona no tiene que producir algo nuevo, no tiene que desarrollar su yo para encontrar la felicidad. Se trata sobre todo de relejarse para que lo que ya somos (la luminosa perfección del ser natural) pueda manifestarse. La concentración sin esfuerzo es el estado del maestro.
La práctica de la meditación inevitablemente lidia con sucesos molestos e indeseables. Es esencial poder aceptar este tipo de sucesos o sensaciones sin poner resistencia. La aceptación evidentemente es parte de una actitud (como todas las enunciadas aquí) que no sólo se cultiva en el cojín de meditación, sino en la vida en general.
El enemigo más obvio de una meditador en su práctica ordinaria es el apego. Específicamente, no poder dejar ir ciertos pensamientos. Aunque en ocasiones dejar ir puede parecer muy difícil, en realidad lo hacemos todos los días cuando realizamos una actividad como jugar un deporte o llevar a cabo alguna tarea que requiere que nos concentremos. Y, por supuesto, cuando dormimos. Dejar ir es otra cosa que cultiva la desreificación, esto es, dejar de concebirnos como una cosa aislada, con una identidad fija e inmutable. Cuando logramos esto podemos contemplar el mundo (y nuestros propios pensamientos) como algo más parecido a una película o a un sueño lúcido, donde podemos disfrutar de lo que sucede sin que nos genere ansiedad y estrés, pues existe una cierta distancia que impide que nos lastime lo que ocurre.
¿Qué te parece? Se trata sin duda de un compendio quizá breve, pero pleno de sabiduría práctica para mejorar la existencia. Si crees que esta lista puede ser útil para alguien más, no dudes en compartirla. Posiblemente, esta información ayude a mejorar poco a poco la vida de todos.
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