Dentro de la profunda simpleza del budismo se encuentran diferentes listas o formulaciones esenciales que sirven como base para alcanzar la liberación. El budismo puede entenderse como una ciencia, una psicología o una filosofía, pero todas estas siempre en servicio de una soteriología, es decir, de un sendero hacia la liberación (y por lo tanto es fundamentalmente una religión, sin que los conceptos sean importantes). Con su característica sucinta lucidez el Buda resumió la existencia en cuatro nobles verdades, pero también en tres marcas existenciales y tres (o cinco) venenos o aflicciones mentales. O por supuesto, en cuatro pensamientos que llevan hacia el dharma o cuatro "moradas" divinas que conducen al despertar. Estas conocidas listas, entre otras, lidian siempre con las cosas que nos mantienen atados a la rueda del sufrimiento y con aquellas que nos liberan.
Sobre las cuatro nobles verdades y los cuatro inconmensurables ya hemos escrito antes aquí. Ahora queremos subrayar una lista menos conocida pero importante y ciertamente relacionada a las anteriores. Esto es, los cuatro errores filosóficos fundamentales que distorsionan la percepción. La base de este listado se encuentra en el Aṅguttara Nikāya (4:49), el sutra en el que el Buda enuncia los siguientes errores:
Percibiendo permanencia en lo mutable,
Percibiendo placer en el sufrimiento,
asumiendo un "sí mismo" donde no hay sí mismo,
percibiendo esplendor en lo abyecto.
Con estos errores cognitivos la mente perpetúa su ciclo alucinatorio de sufrimiento, es decir, este mundo como lo conocemos. Jay Garfield, en su traducción de los versos raíces del camino medio de Nagarjuna, señala que estos son los cuatro errores cognitivos básicos según el budismo.
1. Existe un sí mismo permanente entre los cinco agregados.
2. Existe verdadera felicidad en el samsara.
3. El cuerpo es puro, es decir, es la fuente de verdadera felicidad.
4. Existe un sí mismo permanente distinto de los agregados.
Una lista similar, pero con una clara intención de refutar a la secta budista de los personalistas (pudgalavadins), quienes creían que era necesario postular la existencia de una persona como la posesora del karma. Estos cuatro errores claramente conectan con los cuatro pensamientos que llevan al dharma. Pensar que se puede alcanzar la felicidad en el samsara es el error que evita la dedicación al dharma, la búsqueda de un maestro, la toma de refugio y demás. Los cinco agregados son el aparato psicofísico, cognitivo y sensorial, que, sin embargo, es un compuesto impermanente, interdependiente y no un un sí mismo como tal. Creer que el cuerpo es puro es, en otras palabras, lo mismo que pensar que podemos encontrar la felicidad a través de las sensaciones físicas y, más aún, de la materia, de las posesiones materiales y el hedonismo. Y por supuesto, para el budismo, el error básico de percepción es creer que existe un yo o sí mismo independiente y permanente. Este error cognitivo es la más grande fuente de sufrimiento pues, claramente, uno sólo puede sufrir continuamente si cree que existe una continuidad y una estabilidad en su propia identidad. Es este error cognitivo, al postular la realidad del sí mismo, lo que hace real el sufrimiento y lo encadena.