A menudo se habla de Hitler y del régimen nazi como los más oscuro y sanguinario de la historia. Pero al menos en términos cuantitativos, Hitler fue superado en esta lista indigna. Es posible que Stalin haya matado a más gente inocente, pero actualmente los historiadores consideran que la política de Mao Zedong exterminó a 45 millones de personas entre 1958 y 1962, lo cual la convierte, por mucho, en el régimen más asesino de la historia. Es terrible hacer de esto una competencia pero, a saber, se cree que Hitler es responsable de unos 11 o 12 millones de muertos, sin incluir los muertos en combate durante la guerra. Algunos historiadores estiman que Stalin supera esta cifra.
Este período de 1958 a 1962 es conocido como el Gran Salto Adelante, un nombre que hoy parece de la más cruel ironía. Tenía como objetivo una rápida industralización de la economía agraria china pero, para llevar esto a cabo, Mao tuvo que violentar al país. Además, durante esta época el Dalái Lama tuvo que huir del Tíbet debido a la persecución religiosa que el gobierno comunista de Mao inició y, al parecer, cientos de miles de tibetanos murieron (aunque la cifra oficial es de 87 mil, los tibetanos estiman algo más cercano al medio millón).
El historiador Frank Dikötter escribe que la política de Mao para extender su supuesto paraíso utópico colectivo fue despojar a los campesinos de todos sus bienes y limitar la distribución de la comida. La comida se convirtió en un "arma para obligar a las personas a seguir los dictados del partido". Además, se utilizaba violencia para obligar a los pobladores a trabajar. La gran hambruna acabó con la mayoría, pero entre 2 o 3 millones de personas fueron torturadas y asesinadas por haber cometido alguna infracción. Algunas historias son realmente perturbadoras. Un niño robó un manojo de granos, por lo cual su padre fue obligado a enterrarlo vivo. Después de hacer esto, el padre murió de pena unos días después.
Ciertamente, recordar esto no es agradable, pero es importante tener memoria histórica para no repetir los atroces errores del pasado. En China, de manera un tanto increíble, sigue gobernando el mismo partido que realizó estas barbaridades, si bien ahora funciona de un modo más progresivo y abierto. El siglo XX fue el siglo de los grandes sistemas políticos asesinos, lo que nos recuerda que la política y demás manifestaciones seculares cuando se fanatizan pueden ser también un opio de las masas, un opio asesino.