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Elon Musk y Donald Trump rompen filas en un espectáculo público de acusaciones, amenazas políticas y revelaciones explosivas que salpican desde la política fiscal hasta los archivos de Epstein.

A unos días de que Elon Musk dijo adiós al Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) del gobierno de Donald Trump, la tensión entre ambos magnates alcanzó un nuevo nivel y es que en medio de la discusión por el proyecto de política fiscal y de gasto que impulsa Trump –que incluye varios recortes fiscales y una mayor inversión en Defensa y Control Migratorio–, el dueño de Tesla expresó su inconformidad a través de sus redes sociales.

En este sentido, Musk calificó el proyecto de ley como una “abominación repugnante” a través de su cuenta de “X” y sentenció que quienes votaron a favor deberían sentir "vergüenza".

Sin embargo, lo que parecía una simple diferencia de criterio entre dos figuras con historial de colaboración, pronto se convirtió en una batalla campal y el ring las redes sociales.  Durante una conferencia de prensa desde el Despacho Oval, Trump decidió escalar la tensión y arrojó algunos comentarios con carga pasivo-agresiva hacia su otrora aliado.

Aunque dijo que Musk siempre le ha parecido “un buen tipo”, no tardó en atribuir su enojo al hecho de que su administración eliminó los créditos fiscales que beneficiaban a los vehículos eléctricos —un golpe directo al corazón de Tesla.

También sacó a relucir un episodio poco conocido y es que según Trump, Elon Musk había sugerido a un conocido para dirigir la NASA, pero su propuesta fue desechada sin miramientos. 

“Entiendo por qué está molesto”, dijo el presidente, antes de rematar con una línea que pareció marcar el final de una era: “Elon y yo teníamos una excelente relación, no sé si la seguiremos teniendo”.

La disputa no se detuvo ahí. En un nuevo ataque desde su cuenta, Musk arremetió contra la inconsistencia del proyecto presupuestario.

"Mantén en el proyecto de ley los recortes a los incentivos para vehículos eléctricos y energía solar, aunque no toques los subsidios al petróleo y el gas (¡muy injusto!), pero elimina la MONTAÑA de GASTOS ASQUEROSOS del proyecto de ley", tuiteó.

En un tono que osciló entre la burla y el sarcasmo, añadió: “O tienen un proyecto de ley grande y feo, o uno delgado y hermoso”.

Pero fue en un giro inesperado donde Musk pasó del plano económico al político más oscuro. Después de defender su rol en las eleccione el empresario soltó una frase que nadie vio venir:

“Sin mí, Trump habría perdido las elecciones, los demócratas controlarían la Cámara de Representantes y los republicanos tendrían 51-49 en el Senado. Vaya ingratitud”, escribió.

Trump, por su parte, reaccionó con una furia digna de su estilo habitual. A través de Truth Social, arremetió con amenazas de cortar todo vínculo financiero con las empresas de Musk. 

"La manera más fácil de ahorrar miles de millones de dólares en nuestro presupuesto es cancelar los subsidios y contratos gubernamentales de Elon. ¡Siempre me sorprendió que Biden no lo hiciera!"

Hasta ahí, parecía una pelea de egos típica del siglo XXI. Pero entonces vino el misil final.

"Es hora de soltar la gran bomba. Donald Trump está en los archivos de Epstein. Esa es la verdadera razón por la que no se han hecho públicos".

Las diferencias entre ambos personajes se ha movido a terrenos pantanosos; sin embargo, fieles a su estilo, también vale la pena preguntarse si esta no sólo será una maniobra creada para un fin aún mayor. Lo cierto es que la historia entre Musk y Trump no se ha terminado de escribir pero ya huele a pólvora.

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Imagen de portada: Kevin Dietsch