Alexandra Gravas: la mezzosoprano griega que convirtió a México en un territorio emocional
Arte
Por: Mateo León - 11/13/2025
Por: Mateo León - 11/13/2025
Hay artistas que viajan por el mundo para llevar su música, y hay otros que, en ese trayecto, encuentran un segundo hogar. La mezzosoprano griega Alexandra Gravas pertenece a la segunda categoría: una intérprete cuya voz ha atravesado continentes, idiomas y tradiciones, y que desde hace más de una década mantiene un vínculo especial con México, un país que ha acompañado su crecimiento artístico y afectivo.
Este 13 de noviembre, Gravas regresa a la Ciudad de México para presentar Horizontes, su nuevo recital, en la intimidad de Casa Cent’anni Music Hall, en Polanco. Será una noche para reencontrarse con un público que la ha adoptado desde sus primeras presentaciones en el país y que reconoce en ella algo más que virtuosismo vocal: una sensibilidad capaz de unir culturas.
Nacida en Alemania dentro de una familia griega, Alexandra Gravas creció rodeada de tradiciones musicales mediterráneas y de la disciplina formativa centroeuropea. Con el tiempo, su carrera la llevó a presentarse en algunos de los escenarios más importantes de Europa, Medio Oriente, Asia y América, consolidándose como una embajadora de la canción griega contemporánea.
Su versatilidad —capaz de transitar del canto clásico al repertorio tradicional, del bolero latinoamericano a la chanson francesa— ha marcado un sello distintivo: Gravas canta desde la emoción, conectando con públicos diversos sin sacrificar profundidad artística.
A lo largo de los años ha trabajado con compositores esenciales de la música griega moderna, incluidos Mikis Theodorakis y Mimis Plessas, figuras centrales en la construcción cultural del siglo XX en su país. Gracias a estas colaboraciones y a su capacidad para renovar repertorios tradicionales, fue nombrada Embajadora cultural de Grecia, labor que ejerce desde el escenario y en la cercanía con sus audiencias.
México ocupa un lugar especial en su mapa emocional. Desde su primera visita hace más de doce años, Gravas ha regresado con frecuencia, participando en festivales, colaborando con orquestas locales y grabando repertorio mexicano. Entre sus proyectos más destacados se encuentra la grabación del disco Acapulco es una canción junto al cantante Rodrigo de la Cadena, acompañados por la Orquesta Mexicana del Bolero.
Su relación con el país también ha impulsado colaboraciones artísticas que cruzan fronteras. Un ejemplo es su versión de “El cóndor pasa”, trabajada junto al pianista Józef Olechowski, con quien forma una dupla artística estable desde hace años. Ese arreglo bilingüe, que nació en el contexto de una gira por América Latina, condensa la idea que atraviesa toda su obra: la música como territorio de encuentro entre culturas.
Para Gravas, México no es solo una parada en la agenda internacional: es un lugar donde el público responde con curiosidad y apertura, características que permiten que un recital en varios idiomas fluya con naturalidad.
El proyecto Horizontes es una declaración artística en sí misma. Concebido como un recorrido sonoro por distintas tradiciones del mundo, incluye canciones en griego, español, francés, alemán, inglés y otras lenguas, así como piezas de compositores emblemáticos como Hadjidakis y Theodorakis, junto a obras latinoamericanas y clásicos del repertorio internacional.
El programa integra boleros, canciones griegas, temas europeos del siglo XX y piezas populares adaptadas al formato íntimo de piano y voz. En conjunto, el recital propone una metáfora poderosa: que la música, como el horizonte, no pertenece a nadie en particular, pero está al alcance de todos.
Junto a ella estará nuevamente su pianista y colaborador cercano, Józef Olechowski, cuya sensibilidad al teclado permite que cada tránsito de idioma y estilo conserve coherencia emocional y narrativa.
La presentación del 13 de noviembre en Casa Cent’anni Music Hall aprovechará el formato íntimo del recinto para recuperar la esencia del concierto de cámara: la música como conversación directa entre artista y público. Lejos de los grandes auditorios, este encuentro se propone como una experiencia cercana, casi confesional.
Con más de tres décadas de trayectoria internacional, Alexandra Gravas ha demostrado que la voz puede ser un puente entre mundos. Su regreso a la Ciudad de México no solo celebra esa idea: la confirma. En tiempos de fronteras físicas y simbólicas, su propuesta recuerda que el arte sigue siendo una de las pocas fuerzas capaces de reunirnos.
Imagen de portada: El Universal