Carta a un sacerdote católico homófobo acerca del amor místico entre lesbianas
Filosofía
Por: Sofía Tudela Gastañeta - 09/30/2025
Por: Sofía Tudela Gastañeta - 09/30/2025
(Sobre la persona amada como teofanía)
El Amor no es ciego, son ciegos quienes no pueden ver los ojos del Amor.
Lo que intento dar a comprender es que existen muestras espirituales de cariño y ternura que se dan a nivel corpóreo, y que la sexualidad no tiene por qué ser la excepción a esa regla, como no lo es tampoco el abrazo de una madre a su hijo. Si acepta usted que un padre puede abrazar a su hijo, siendo el abrazo una manifestación corporal de un sentir espiritual, ¿por qué no aclamar otras manifestaciones corporales de sentires espirituales de la misma naturaleza? ¿Por qué ciertos contactos corpóreos deben ser avalados y otros no? ¿Por qué ciertas muestras de cariño deben ser dignificadas y otras muestras de cariño denigradas? ¿Por qué ciertas expresiones físicas de los sentimientos deben ser consideradas espirituales y otras no? Me parece incoherente. ¿Cuál es la medición que emplea usted para considerar dignas ciertas muestras de cariño a nivel corporal y otras indignas? La imagen más próxima al amor divino no es el amor de un padre hacia su hijo, sino el amor de una madre hacia su hijo y también el amor de las enamoradas que se aman idílicamente y que contemplan una hierofanía en el ser amado que los conduce a una teofanía.
No es lo mismo la amistad que el amor idílico de pareja. La amistad es más fría y distante, no llena todos los abismos del alma, como sí lo hace el amor idílico. Para un amigo su otro amigo es uno más de varios, no es el centro de su mundo, no es el centro de su vida, no es el centro de su adoración, él no es un astro que gire alrededor de su amigo como giran los astros alrededor del sol, que sea capaz de dedicar y entregar de lleno toda su vida a ese ser. Por eso la amistad es inferior al amor idílico, el cual tiene un alcance mucho mayor. Sólo una enamorada -salvo una madre por su hijo- es capaz de descender hasta los infiernos para rescatar a quien ama, como nos narra la leyenda de Orfeo y Eurídice.
Para realizar la unión con lo divino hay que dirigirse dentro del tiempo y del espacio, sumergirse en las profundidades de la existencia, porque en lo profundo de lo que es limitado yace lo ilimitado, en el fondo del tiempo subyace la eternidad, en lo hondo del espacio se halla lo que no es espacio, en lo finito lo infinito. Cuando yo contemplo la belleza de la existencia y me sumerjo en ella, hallo a Dios, a lo que ya no es existencia. Cuando amo a una mujer, cuando le doy un beso en los labios a mi amada, a veces se da que mi yo se desvanece, que ceso de existir, que contemplo al absoluto en mí y en todo, que el tiempo se congela en la eternidad y vislumbro la Unidad de todos los seres, el principio en el cual todos somos uno. ¿Cómo llamar degradado a aquel amor que me conduce a visiones beatificas? Si usted nunca se ha enamorado (me refiero a amar de verdad de un modo tal que se establezca una conexión con lo divino), si nunca se ha enamorado y nunca ha gozado, a través del amor erótico, de encuentros con lo divino, no por eso debe negar en otros esa posibilidad. No todas las personas son iguales ni tienen el mismo camino trazado. Lo que a unos conduce a lo divino a lo mejor a otros los conduce a estados de psicosis; y lo que a unos no conduce a nada a lo mejor a otros conduce a lo divino. No existen reglas absolutas para alcanzar a Dios fuera del amor. Si usted no siente algo, no niegue a otros la posibilidad de sentirlo. Qué a usted no le parezca que otros pueden alcanzar lo divino amándose eróticamente no significa que no puedan alcanzar lo divino.
Platón no denigra la corporalidad, como erróneamente algunos creen. Lejos de desear la mortificación del cuerpo, recomienda la gimnasia, porque para él un cuerpo sano es una señal clara de un alma sana y de un espíritu sano. Él propone una salud en la cual todo se halla equilibrado y en su debido lugar. La manifestación de un espíritu sano necesariamente se condensa a un nivel corporal. Todo lo que acontece en los planos del espíritu se da en los planos inferiores de la materia, de tal suerte que si dos espíritus se encuentran unidos por el amor, tenderán, por naturaleza, a llevar a cabo esa unión espiritual a un nivel físico. Así se reactualizará en ellos el símbolo arquetípico de la luz que desde las cimas celestes desciende jerárquicamente por todos los escalones del ser hasta alcanzar el nivel inferior de la materia e iluminarla toda con su luminosidad.
La energía debe descender desde la punta de la cabeza hasta los pies, desde las regiones superiores hacia las inferiores, así como el Divino desciende por todos los grados del ser. Nosotros debemos reflejar el obrar divino como un espejo que refleja la luz del sol. Por eso, en lugar de lo que afirmas, la energía no debe permanecer estancada y almacenarse o “ahorrarse” para uno mismo con egoísmo, sino que se debe donar, debe ser expansiva y creativa, darse a los demás, a fin de que se retroalimente a sí misma y así incremente.
Si una persona logra acceder a Dios mediante su ser amado, sea sin sexo o con él, ¿por qué condenar lo que lo conduce hacia lo divino? No lo comprendo. Tampoco comprendo porque el sexo no puede ser inocente y bueno, una muestra de cariño y de ternura. ¿De dónde obtiene la idea de que el sexo, fuera de la reproducción, es malo?
Creo que en mis anteriores comentarios he explicado bien, desde una perspectiva metafísica, porque el acto sexual es capaz de conducir a lo divino independientemente del sexo de quienes lo practiquen.
Lo que yo afirmo no suele entenderse, salvo excepciones. Únicamente espíritus muy sensibles son capaces de comprender. Lo cierto es que los espíritus carnales ven la sexualidad como algo carnal porque ellos en su interior experimentan algo carnal; mientras que los espíritus puros no dan importancia a la sexualidad en sí, sino que se atienen al amor y a sus manifestaciones, y ven en el acto de hacer el amor algo espiritual, porque ellos experimentan en su interior algo espiritual. Ocurre lo mismo que con el famoso retrato de la mujer joven-vieja: esa imagen es doble, y las personas menores suelen ver a la joven mientras que las mayores a la vieja, dependiendo de con quien se identifiquen.
No deseo justificar nada, sólo deseo decir la verdad. ¿Cuál es la verdad? Ningún rollo intelectual, sino algo tan simple como el amor. El amor es la verdad y no existe nada más espiritual sobre la faz de la tierra que el amor. Por eso quienes se aman siempre lo hacen en el Espíritu y el amor siempre torna más virtuosos y nobles a los amantes: atentos, cariñosos, comprensivos, compasivos, leales, entregados, sinceros. ¿Lo que es tan simple y bello no es espiritual acaso? ¿No es espiritual el hecho de amar y manifestar libremente ese amor? No sé cuál será su concepto de espiritualidad. A mí, en lo personal, se me reveló el Espíritu gracias al amor prodigado a una mujer: todo era ilusorio, lo único real era el Amor, fuera del tiempo y del espacio. Todos los seres éramos uno en él, uno indivisible. Todos somos en el fondo el mismo Espíritu disfrazado bajo múltiples apariencias. Del agnosticismo pasé a reconocer lo divino, gracias al amor prodigado a una mujer. ¿Eso no es espiritual? Para mí ayudar a los demás, ser solidario, ser compasivo, amar, expresar el amor, cuidar de alguien, cuidar del ser amado, entregarlo todo por quien se ama, todo eso es espiritual. Y eso se da entre diversas personas, independientemente de si son pareja heterosexual o pareja de otro tipo.
Confunde la castidad con el hecho de no manifestar el amor mediante actos sexuales. ¿Por qué el no manifestar físicamente un amor espiritual sería una virtud? No entiendo. Explíquemelo. Para mí el amor, en toda su plenitud, se manifiesta a nivel corporal también, sea sexualmente o no. No abraces a tu hijo pequeño porque eso es algo físico, algo carnal, y lo matas de tristeza.
La humildad, comprendida como sencillez en la verdad, sí es una verdadera virtud. La persona humilde no pretende en falso ser más espiritual que otras personas que también son espirituales y no afirma que por el hecho de amar de un modo distinto los otros no tienen espiritualidad. Cuando la espiritualidad se utiliza para denigrar a los otros, diciendo que la manera en la cual se aman y entregan sus vidas uno por el otro no es espiritual y es degradada, una forma muy degradada, se obra mal y se perjudica a los demás. No se toma en cuenta los sentimientos de las personas, ni su autoestima, ni mucho menos el amor que las une y las ilumina. Cuando la espiritualidad se usa para aplastar a otros, no es verdadera espiritualidad. Una cosa es ser religioso y dogmático, y otra diferente es ser una persona buena, sensible y espiritual, capaz de entregar su vida por amor.
Lo que descubrí en mi principal revelación mística fue esto:
Yo y tú no somos dos personas diferentes, somos la misma persona, la misma esencia, el mismo espíritu. Todos los seres somos, en el fondo, el mismo ser. Pero, ¿cuál es ese ser único que cada uno de nosotros es en lo recóndito de sí? Ese ser único es el Amor absoluto y eterno, fuera del tiempo y del espacio. Es frágil, tierno y puro, y en Él todos somos uno Sólo Indivisible, más allá del ser y del no ser. En el fondo tú eres tan frágil y tierno que sobrepasas cualquier límite y en aquella ternura reside todo tu poder, toda tu fuerza, que es absoluta. Debes comprender que en lo profundo de la multiplicidad centellea la Unidad de Amor, que el ser más profundo de los otros seres es tu ser más profundo, que es la Unidad de Amor. Por eso nunca los lastimes, y deséales siempre lo mejor, igual que a ti.
El Cielo es esto: un recinto donde todos se aman hasta desintegrarse en el Amor, un recinto donde todos se funden en un beso universal, en un abrazo eterno y absoluto. Ver el cielo es despertar de un sueño profundo, es resucitar de la muerte. ¡Esta vida no es más que sueño y muerte! Ver el cielo es un despertar, un revivir, un renacer en donde siempre estuviste, un retorno al origen. ¡El Amor es mi Dios, qué Yahvé se arrodille ante Él! ¡Qué Yahvé se arrodille ante el Amor absoluto! Porque el Amor absoluto lo tomará en sus brazos y le dirá: “no te arrodilles ante mí, amado, yo soy quien todo te lo debo a ti, pues soy como la madre que ama al hijo y que le sirve al hijo y que da todo por él.” Sólo hay un Dios, ¡es el Amor absoluto y eterno! No hay más Dios que Amor. El Amor está en ti, búscalo. El Amor es sencillo, frágil, bello y no conoce del mal. Para el ser que conoce al Amor, los animales y plantas son hermanos suyos, y adora al amor en todas sus manifestaciones concretas. Como ama a todos los seres, a todo el universo, no piensa que sea más digno de lo bueno que las plantas o los animales, que también merecen lo mejor. Si eres bondadoso realmente, algún día esa bondad tuya te abrumará desde el fondo de ti, y saldrá desde ti y lo abarcará todo en Amor absoluto, y entonces conocerás lo que yo conocí aquella vez. Sólo el Amor es santo. Venera al Amor en todas sus formas y manifestaciones, sobre todas las cosas. Venera al Amor, se presente en el envase en el cual se presente. ¿Por qué muchos religiosos no veneran tal Amor y lo juzgan por su envase? Venga de quien venga, se dirija a quien se dirija, el Amor es santo. Dado que muchos lo menosprecian por su envase, no aceptándolo si se presenta entre dos lesbianas que se aman, por ejemplo, es por eso que el Amor siempre se disfraza de mendigo y se presenta en los envases menos esperados para ver quienes lo veneran en su fondo y no en su forma. Rézale al Amor esta noche. Piensa en las veces en las cuales has sentido mayor Amor y concéntrate en ese Amor experimentado. Intenta averiguar su esencia, sumergirte en el Amor. El Amor es el misterio más grande que existe. Muchos religiosos desprecian al Amor, sólo lo juzgan por su envase. El Amor es un principio, es una fuente inagotable más allá del ser y del no ser.